Antes muertos que sencillos

Resulta bastante sorprendente que una canción como la que nuestra famosa cantante María Isabel nos trajo allá por 2004 pueda dar lugar a reflexiones tan grandes y de una manera tan directa y, a la vez, tan desapercibida. Como muchos sabrán, “antes muerta que sencilla” es una canción muy conocida, la cual lanza como mensaje que es más importante lucir una buena apariencia, se sufra lo que se sufra, antes que optar por la comodidad poco estética. Y nada más lejos de la realidad, cada vez más las personas prefieren llevar este lema como estilo de vida, hecho que se ve reflejado principalmente en las redes sociales, donde es más importante publicar un bonito plato de comida que el resultado de una investigación. Es por eso que, aun sabiendo los inconvenientes que tiene abrir la caja de Pandora, he decidido abarcar este tema, enfocándolo principalmente a uno de los más controvertidos de hoy en día: la contaminación.


Gracias a la estación de calidad del aire localizada en Alcantarilla, se ha podido hacer un seguimiento de la cantidad de contaminantes que se han detectado durante el mes de diciembre en el aire de Murcia. Esta estación permite la medición de los siguientes contaminantes: NO, NO2, NOX, CO, O3, SO2, PM10, benceno, tolueno, xileno, NH3 y radiación. Estos contaminantes, superando ciertos umbrales máximos, pueden llegar a ser nocivos para la salud, por lo que es importante controlar sus niveles de emisión en gran medida con el objetivo de prevenir la aparición de enfermedades de muy diversa índole, ya sean enfermedades pulmonares, cardiovasculares o, en casos de exposición extrema, cefaleas crónicas o diversos cánceres. Afortunadamente, estos niveles de emisión, basándonos en los valores obtenidos por la estación de Alcantarilla, están lo suficientemente controlados como para no suponer un riesgo en la salud pública.


Sin embargo, no es  extraño observar diversas fugas o extralimitaciones en el vertido de estos contaminantes que empeoran la calidad del aire de la región de Murcia. Esto podemos observarlo en la siguiente imagen correspondiente al 24 de diciembre de 2019, en el que, de una media aproximada de 5.965μg de tolueno/m3, a las 07:00 subió a 66,4μg/m3,  un valor bastante superior a la media (aunque sigue siendo por debajo del valor límite nocivo, que es 192mg/m3). Otro de los ejemplos que les muestro es una noticia del pasado 22 de noviembre de 2019, publicada por La Opinión de Murcia (1), en el que se pretende informar a la población murciana que eviten el uso de vehículos y opten por el uso del transporte público o el desplazamiento en bicicleta o a pie, pues se había superado el límite establecido de PM10, siendo un riesgo para la salud de la población.


Por desgracia, si esperásemos a que estos contaminantes desaparecieran solos, sin detener estos vertidos al aire, podrían darnos las uvas sin haber obtenido resultados. Los contaminantes, por lo general, suelen tener una vida media corta: la vida media del ozono es de unos 30 minutos, la del tolueno es de aproximadamente 60 horas y la del benceno oscila entre 3 y 10 días. Sin embargo, el vertido de los contaminantes, independientemente de su vida media, supone una exposición a los tales, y por ello es conveniente poner de nuestra parte para evitar respirar continuamente estos compuestos. Una de las formas de hacerlo, hecho que está creciendo exponencialmente durante los últimos años, es el uso de mascarillas para prevenir el contacto continuo de estos compuestos presentes en el aire. No es descabellado, a día de hoy, salir a la calle y encontrar a personas con mascarillas en la cara (y no precisamente porque sean cirujanos).


Basándonos en la siguiente imagen mostrada en una noticia del 6 de marzo de 2019 (2), países como India, Bangladesh, China, Indonesia, Chile, Perú, Polonia, Rumanía, México o Reino Unido presentan niveles muy graves de PM2.5, y sorpendentemente, España se corresponde con el número 54 de este ranking de los países cuyas capitales están más contaminadas. Debido a esto, se han tomado medidas al respecto, utilizando estos accesorios de manera cotidiana. Un estudio realizado por científicos del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Aguda (IDAEA-CSIC) ha demostrado que el uso de mascarilla reduce la exposición a la contaminación por PM2.5 en un 43%, estudio plasmado en una noticia de La Vanguardia el 26 de abril de 2019 (3). Además, en países como China, el uso de mascarillas ha llegado a las pasarelas de moda, en las cuales se pueden observar modelos utilizando estos accesorios para así fomentar su uso cotidiano (4). Dicho lo cual,  ¿por qué no se observa esto en Murcia?


Lo más seguro es que su uso en Murcia no se haya normalizado puesto que los índices de contaminación y, por tanto, el riesgo a contraer enfermedades es mucho menor que en ciudades como Madrid o Barcelona, donde su uso se ha generalizado en mayor medida. No obstante, sabiendo que el aire presenta este tipo de contaminantes, ¿qué es lo que nos frena al uso de mascarillas de manera cotidiana? Aun habiendo alertas por diversas instituciones medioambientales, parte de la población sigue negándose al uso de mascarillas en ciudades como nuestra capital, pues muchas personas no la utilizan, y lo más probable es que se deba a una razón estética. Pensamos que la mascarilla es un accesorio fuera de lo común, o lo que es más, no es considerado como accesorio por no ser un elemento embellecedor. Así, para concluir, lanzo esta cuestión a los lectores: ¿es mejor prevenir una enfermedad usando una mascarilla o padecerla por evitar usarla?

Artículo realizado por: Antonio Hernández López.

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